¿A qué huelen las habitaciones del hotel Atrio?
Aunar una de las mejores cocinas de nuestro país, tal vez la mejor bodega, la más alta exclusividad de un Relais & Châteaux y su ubicación en el corazón de una de las ciudades más bellas del mundo, convierten a Atrio en un prodigio inesperado para los viajeros más sibaritas.
El hotel, situado en la parte antigua de Cáceres, dispone de catorce habitaciones, nueve dobles y cinco suites. Los precios -las habitaciones están entre los 250 y los 390 euros la noche, y las suites entre los 410 y los 700 euros- aunque hacen honor a las estancias y al entorno, solo están al alcance de muy pocos.
En ellas nos encontramos una bañera gigante, cama king size con colchón de lujo, pantalla Apple con televisión y ordenador integrados, y luz, mucha luz y una luminosidad cambiante. No falta de nada para una estancia perfecta.
Estos hoteles cuidan siempre hasta el más mínimo detalle. Saben que también es fundamental su olor: el aroma del hotel está en relación con su caché. Y deben transmitir con él, tranquilidad, relajación y calidad.
En los hoteles de lujo, las amenities y toiletries constituyen todo un mundo de fragancias que le dan personalidad a la estancia del cliente, que terminará asociando esos olores y texturas con ese viaje y esa estancia. Es un valor de marca.
Así, Le Bristol en París, tiene en sus baños la línea Hermès; el Ritz de Madrid se ha aliado con Acqua di Parma en las Suites de Lujo, Real y Presidencial y con Penthaligon’s en el resto de habitaciones; en los hoteles de la cadenaMandarin Oriental el olor varía según el país en donde se hallen, pero existe una política común en la zona de spa y tratamientos, dominando las fragancias basadas en los cinco elementos: madera, fuego, tierra, metal y agua…
En el caso de Atrio de Relais & Châteaux, en Cáceres, sus dueños han decidido decantarse por amenities cuyo aroma puede mimetizarse con elementos del entorno, y ha elegido el olor a higos frescos. Sus jabones están elaborados de la manera más natural con higos extremeños.
El viajero asociará ese olor fresco y vegetal con la estancia -durante unos días- en el paraíso de unas habitaciones luminosas, unos platos fascinantes y una ciudad de ensueño.