Dulce de higos: la esencia del postre ecuatoriano
El dulce de higos es de aquellos postres ecuatorianos que mantienen la verdadera naturaleza de la cocina del país: ingredientes básicos y fácil preparación. Con mayor presencia en la Sierra, en la Costa tiene muchos adeptos a lo largo del año.
Generalmente, este postre se acompaña con pequeñas rodajas de queso fresco y se consume tras una comida copiosa, como la fanesca, para cambiar el sabor de boca. Sin embargo, es perfecto para cualquier ocasión.
El higo proviene de Asia Occidental y de allí se extendió al Mediterráneo. Según algunos arqueólogos, el hombre lo recolectaba antes del año 9000 a. C. En la antigüedad, el higo fue muy popular en Grecia y era conocido como “la fruta de los filósofos”, pues se dice que era el preferido de Platón.
Durante el siglo XIV los primeros higos llegaron a la región de Guatemala, en Centroamérica, y allí fue mezclado con panela y otras especias para lograr la primera versión del dulce de higos.
Hoy en día, el higo se produce alrededor del mundo, siendo Turquía, Egipto, Marruecos, Argelia e Irán los mayores productores, países que concentran el 70 % del cultivo de la fruta. En Ecuador se cultiva en Mira, Bolívar, San Gabriel, Pimampiro, Ibarra, Ambuquí, Guayllabamba, El Quinche, Puembo, Yaruquí, Tambillo, Patate, Gualaceo, Girón, Santa Isabel y Loja.
A pesar de que el dulce de higos es sencillo de preparar, pues solo se cocinan los higos con miel de panela, canela y clavo de olor, es una receta con un proceso de casi tres días. El primero se remojan los higos en agua; el segundo, se cocinan y se los deja remojar nuevamente por todo el día; y, el tercero, se cocinan con la miel de panela.
Texto: Alexandra Zurita
Fuente: Sabor
